Oración y contemplación monástica en el Camino de Santiago
lunes, 3 de agosto de 2009
La Paz del Corazón
La Paz auténtica del corazón sólo proviene del Espíritu Santo. Infunde una silenciosa percepción del amor de Cristo, que nada en este mundo puede destruir. Es perdón, es dulzura, es felicidad.
Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.
Caminar por Cristo hacia el Padre: he aquí la finalidad de la oración, nuestro más dichosa ocupación. En la contemplación del Omnipotente, y en la alabanza de su infinita misericordia, los siervos de Dios empleamos lo mejor de nosotros mismos. Que a ello sirvan estas saetas de oración.
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