miércoles, 28 de octubre de 2009

Jesucristo, luz del mundo y de los hombres


Como el pecado tiranizaba a todos los humanos y cual densa oscuridad cubría toda la tierra, los santos rogaban al Verbo de Dios que bajara a nosotros y, con su saludable luz, iluminara las mentes de todos. Claman, pues, a él, diciendo: Envía tu luz y tu verdad.
Y, efectivamente, nos fue enviada la luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, esto es, el Verbo de Dios, Dios mismo, que habiendo asumido nuestra condición y engendrado por la Virgen santa, trajo la salvación al género humano, instaurando la antigua corruptibilidad de la naturaleza, como lo afirma Pablo: Renovando para nosotros un nuevo camino, unió el cielo y la tierra, derribando con su cuerpo el muro que los separaba: el odio. Él ha abolido la ley con sus mandamientos y reglas.
San Cirilo de Alejandría
Homilía Pascual 2, 8

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