martes, 26 de enero de 2010

Los santos Abades Cistercienses


Hoy, los benedictinos nos unimos a nuestros hermanos cistercienses en el recuerdo de sus santos fundadores, tres monjes que vivieron hace unos novecientos años: Roberto de Molesmes (1098-1099); Alberico (1099-1109); y Esteban Harding (1109-1133).
Roberto, abad de Molesmes (diócesis de Langres, Francia), abandonó su monasterio acompañado de unos veinte monjes para fundar en la diócesis de Chalon el monasterio de Citeaux. En el Nuevo Monasterio se resaltó la separación del mundo, la pobreza, el trabajo manual y la austeridad de vida. Finalmente, la obediencia le condujo de nuevo al monasterio de Molesmes, del que había salido.
Dejó al frente de Citeaux a Alberico: era un hombre letrado, versado tanto en las ciencias divinas como en las humanas, amante de la Regla y de los hermanos. Fue el hombre cuyo espíritu fuerte salvó la joven fundación, de la que marcharon con Roberto la mayor parte de los fundadores.
Le sucedió el inglés Esteban Harding. De él cuenta la tradición cisterciense que era un varón de santidad excelsa, adornado con la gracia de todas las virtudes; hombre discreto, sabio y pacífico. Afluyeron las vocaciones, y se fundaron nuevas comunidades, ligadas al mismo espíritu de simplicidad y austeridad. De esta época procede el documento espiritual más importante del inicio del monacato cisterciense: la Carta de la Caridad.

1 comentario:

  1. Recuerdo con mucha simpatía a estos trespadres por el famoso libro Los Monjes Rebeldes, lo hubiese leído mil veces sin cansarme. Quiera el Señor darnos el espíritu que animo a estos santos en todas las obras que realizaron.
    En comunión,

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